La relectura es un buen
consejero. He releído un artículo de Manuel Ribas Piera que se publicó en la
revista Arquitecturas Bis en noviembre de 1975 (número 10) en el que realizaba un
brillante análisis sobre los orígenes del neogótico y del romanticismo en el
siglo XVIII.
El artículo nació de una
visita de Ribas Piera a Strawberry Hill, la mansión creada por Horace Walpole,
hijo del que fue el primer primer-ministro de Gran Bretaña, y que, además
escribió un libro de terror "El castillo de Otranto" en 1764. Este
libro contiene todos los detalles que caracterizarán a la novela gótica,
castillo, cadenas ,mazmorras y criptas.
Strawberry Hill |
Luego el género evolucionará con M.G. Lewis (El Monje), alguna novela del Marqués de Sade y el Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki (ya de 1805). Este último recoge un conjunto, a veces deshilvanado, de aventuras en Sierra Morena de Alfonso van Worden, de las guardias valonas del Rey, que está repleto de intrigas, bellas moriscas, ahorcados, encierros y dialogos filosóficos; su lectura recuerda un poco a las Mil y una noches, tanto por las diferentes situaciones como por la técnica de las cajas chinas.
Manuscrito encontrado en Zaragoza-Película de Tadeusz Kwiatkowski (Polonia 1965) |
Hall en Fonthill Abbey
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Según Ribas Piera el
neo-clásico, el neo-gótico y el neo-oriental nacen a mitad del siglo XVIII y
conviven con el final del Rococó. Indica que "en la historia de la
cultura no es posible establecer genealogías cerradas y filiaciones estrictas,
ni tan sólo nacimientos o defunciones, sino que únicamente puede hablarse de
'normalidades' con valor estadístico de 'máxima frecuencia' y por tanto de
'probabilidad' mayor a la hora de interpretarlas."
Los individuos generan
ideas, estilos y productos culturales, y su entorno los adopta en mayor o menor
medida; los que ganan la partida terminan creando la imagen de cada época.