Peter
Watson en Historia intelectual
del siglo XX (Crítica 2002)
dice, al final de un capítulo dedicado a la Francia de finales de la década de
1950, que aquel momento era"...
la última ocasión en que pudo decirse que la cultura elevada dominaba una
civilización de relieve."
Laurent
Binet, premio Goncourt, ha publicado recientemente La séptima función del
lenguaje. Se trata de un libro extraño, analiza la muerte de Roland Barthes
como si se hubiera tratado de un asesinato y como si la causa del crimen hubiera
sido el intento de control de un conjuro para dominar a las masas.
En el diccionario de la RAE
la segunda acepción de conjuro es "Fórmula mágica que se dice, recita o escribe para conseguir algo que se
desea." Es precisamente este artefacto lingüístico el que, según el libro, intentan conseguir todos los actores de la obra: políticos, Mitterrand y
Giscard d'Estaing; filósofos, Deleuze, Foucault, el siquiatra Lacan y otros
muchos. Impregna la novela una cierta nostalgia de que la civilización pudiera
estar dominada por la cultura elevada; es decir, de lo que había sido la
cultura francesa después de la guerra y hasta 1960. Esa nostalgia se expresa, sobre todo, en el hecho de que la intriga se basa en juguetes intelectuales.
Roland Barthes |
Cada época tiene un estilo identificable tanto en sus aspectos externos,
estéticos y formales, como en el modo en que se utiliza el lenguaje y, en
concreto, en los géneros literarios que se frecuentan. Aparte del ensayo, la
época que comento tuvo como uno de los vehículos principales el teatro, lo
mismo que la Ilustración tuvo la novela filosófica, y a principios del siglo XX
la novela introspectiva (Joyce y Proust). Las descripciones en la novela de Binet tienen un aire teatral e incluso de las películas de la "nouvelle vague".
Uno de los protagonistas de la novela es Umberto Eco; semiólogo como
Barthes.
Umberto Eco |
Impulsado por Barthes he releído El cementerio de Praga, que es una reflexión sobre el folletín,
tipo de novela que tuvo un enorme éxito hacia la mitad del siglo XIX; lo mismo que El
péndulo de Foucault es una puesta en escena de los delirios del Retorno de los
Brujos (Pauwels y Bergier), La isla del día de antes lo es de la novela del
XVIII (recuerda a Defoe y a Swift) y La misteriosa llama de la reina Loana es un
ajuste de cuentas con su infancia.
Eco logró, en cada una de sus novelas, analizar diferentes épocas contándolas a través del estilo lingüïstico imperante en cada una de ellas. Cuando se leen sus novelas se consigue realizar un viaje en el tiempo poniéndose en el pellejo de un contemporáneo; no es solamente lo que se cuenta sino sobre todo cómo se cuenta.
El estilo es relevante y se convierte en parte de la propia trama. La Séptima función del lenguaje nos pone sobre el tapete uno de los elementos fundamentales de la posmodernidad: intentar enfocar el pasado con la mirada de los contemporáneos de ese momento concreto.
Eco logró, en cada una de sus novelas, analizar diferentes épocas contándolas a través del estilo lingüïstico imperante en cada una de ellas. Cuando se leen sus novelas se consigue realizar un viaje en el tiempo poniéndose en el pellejo de un contemporáneo; no es solamente lo que se cuenta sino sobre todo cómo se cuenta.
El estilo es relevante y se convierte en parte de la propia trama. La Séptima función del lenguaje nos pone sobre el tapete uno de los elementos fundamentales de la posmodernidad: intentar enfocar el pasado con la mirada de los contemporáneos de ese momento concreto.